El secreto de la felicidad

El secreto de la felicidad

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EL SECRETO DE LA FELICIDAD

El artículo que nos ocupa hoy es tan complejo que existen cientos de estudios profundos referentes al tema.

Para empezar sería importante citar algunas de las múltiples definiciones diferentes de la palabra “felicidad”.

1ª definición: “Estado de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno”.

2ª definición: “La felicidad es una emoción que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado una meta deseada”.

3ª definición: “La felicidad es una emoción aparejada a una condición interna o subjetiva de satisfacción y alegría”.

Entonces, ¿qué es realmente la felicidad?

¿En qué consiste ser feliz?

¿Cuál es entonces el secreto para alcanzar la felicidad?

¿Proponerse metas y conseguirlas?

¿Gozar eternamente de lo bueno que tenemos?

¿Ser positivos y agradecidos?

La realidad es que no existe acuerdo entre la comunidad científica para dar una respuesta única a estas preguntas, aunque sí existe en las distintas investigaciones realizadas un cierto consenso en los criterios básicos que sustentan la felicidad. Dichos criterios a groso modo, coinciden con los resultados del Estudio Grant de la Universidad de Harvard por George Vaillant, Terman y otros colaboradores. Las conclusiones que arroja este estudio tienen que ver con: tener una red social y familiar satisfactoria, ser concienzudo en perseguir metas, ser optimista y tener una infancia feliz.

Tras la anterior y breve introducción, me gustaría exponer mi humilde punto de vista sobre el tema que nos ocupa. Según mi experiencia profesional y personal no existe una fórmula estándar que nos lleve a la felicidad. Existen tantas formas de sentirse feliz como personas y personalidades existen en el mundo. Así pues la felicidad es una emoción muy subjetiva que está condicionada por las características personales y biológicas de cada individuo, su situación socio-económica y política, su sistema familiar, el aprendizaje que haya recibido en cuanto al automanejo emocional, e incluso influye el clima en el que viva.

Como podemos experimentar el análisis de la felicidad es un tema muy ambiguo, por la cantidad de matices que participan en ella. Desde mis conocimientos y experiencia profesional y personal, he llegado a entender la felicidad como una experiencia emocional, que podemos sentir en distinta intensidad y temporalidad (refiriéndose este término a la duración temporal del sentimiento de la felicidad). Desde esta particular premisa, podría clasificar dos tipos de felicidad distintas, por un lado la “Felicidad Puntual” y por otro lado la “Felicidad Estable”. La Felicidad Puntual se puede definir como un estado puntual de alegría y satisfacción absoluta, esta emoción es habitual sentirla en momentos concretos y puntuales de la vida. Dicho estado emocional conlleva experimentar emociones muy intensas, aunque también efímeras, ya que la sensación de felicidad absoluta y pasional, va bajando de intensidad una vez ha finalizado el motivo de dicha alegría, hasta mitigarse.

La Felicidad Estable consiste en sentir la emoción de alegría y satisfacción personal de forma estable en el tiempo, aunque de forma menos intensa. Esta segunda forma de experimentar la felicidad no es explosiva, pasional, ni momentánea, sino que es, una sensación constante de bienestar personal, convirtiéndose en una manera de vivir o una filosofía de vida, que genera en la persona una satisfacción estable en el tiempo.

Estas dos formas de sentir la felicidad no son incompatibles, sino que se pueden conjugar perfectamente.

La felicidad puntual podemos encontrarla fácilmente. Por ejemplo podemos salir a bailar con amigos, comprar algo que nos guste, desarrollar algún hobby, cenar con tu pareja, pasar un buen rato en familia, viajar, ver una puesta de sol, practicar sexo, ganar un partido de futbol, aprobar un examen, recibir un regalo sorpresa, etc.

Sin embargo la “felicidad estable” conlleva un trabajo profundo a nivel personal en el que según mi criterio, intervienen cinco pilares básicos. Este tipo de felicidad nos permite estar y sentirnos bien con nosotros mismos, a pesar de que nos enfrentemos a frustraciones de distinta índole a lo largo de nuestra vida. Para conseguir una Felicidad Estable es imprescindible adoptar una “Actitud Cognoscente”, que al margen de los distintos enfoques filosóficos, para mí significa, “Ser capaz de conocer. La persona que realiza el acto del conocimiento, e interactúa de manera permanente con la realidad para generar algún tipo de conocimiento, y que le permita adaptarse al entorno con plena consciencia y aceptación”. Desde dicha actitud podemos sentir estabilidad emocional y en consecuencia equilibrio personal.

Según mi criterio, para alcanzar dicha Actitud Cognoscente y por ende una Felicidad Estable, son imprescindibles cinco factores:

1) Es primordial que cada uno de nosotros SEAMOS en todo momento MUY CONSCIENTES de que: la INFELICIDAD (es decir las frustraciones y dificultades de la vida) FORMAN PARTE DE MI VIDA. Aceptar que dicha INFELICIDAD FORMA PARTE DE MI FELICIDAD. Y Que dicha infelicidad FORMA PARTE DE MI ESTABILIDAD COMO SER VIVO, VIVO.

2) Es importante ACEPTAR que YO NO LO CONTROLO TODO. La vida es un devenir fluctuante de episodios que muchas veces no dependen de mí directamente y YO NO SOY TODOPODEROSA O TODOPODEROSO.

3) Pero también es importante saber que SÍ, DEPENDE DE MÍ, el “CÓMO” yo INTERPRETO DICHAS FRUSTRACIONES, porque a partir de esa interpretación me voy a sentir más o menos infeliz, más o menos estable dentro de mis frustraciones y constante devenir.

4) ACEPTAR CON HUMILDAD QUE SOY UNA PIZCA DE VIDA en mitad de una galaxia perdida en un universo rodeado de un espacio infinito. Y soy un cachito de vida, como el árbol del parque, o el perro del vecino, o la mosca de verano (sólo que yo tengo consciencia de que existo). Y de la misma manera que enferma o muere un árbol, lo hago yo también, estamos vivos, es lo natural. Por eso es importante AGRADECER LA OPORTUNIDAD DE VIVIR, CONOCER LA VIDA, Y CRECER A PARTIR DE LAS EXPERIENCIAS buenas o malas que nos encontremos.

5) Y para terminar ES FUNDAMENTAL DARLE SENTIDO A NUESTRA EFÍMERA EXISTENCIA, siendo LO MÁS AUTÉNTICOS POSIBLE, siendo ÚNICOS, siendo en cada momento la mejor versión de nosotros mismos, AUTORESPETÁNDONOS, AUTOCOMPRENDIÉNDONOS y en definitiva AUTOACEPTÁNDONOS. Y de la misma forma que me respeto, comprendo y acepto, TAMBIÉN VOY A HACERLO CON LAS PERSONAS QUE ME RODEAN, sin que por ello pierda mi propia identidad.

Y TODO ESTO SÍ DEPENDE DE NOSOTROS.

Según mi criterio estos son los cinco pilares para alcanzar una “felicidad estable”. Este tipo de felicidad no es explosiva, no es escandalosa, ni pasional, es todo lo contrario, se trata de sentir una sensación serena y constante de tranquilidad, paz interior, bienestar y satisfacción personal, pese a estar sufriendo o tener frustraciones diarias.

¿Dónde está el truco para que esto pueda suceder?

El truco, como hemos comentado, está en que yo ya ASUMO, ACEPTO Y ESPERO dichas FRUSTRACIONES COMO PARTE DE MÍ, DE MI VIDA COMO SER VIVO, con cuerpo y mente sufriente, no soy un “espíritu” sin cuerpo ni mente que no sufra…. Como ser vivo ACEPTO que el devenir de la vida pueda traer sufrimiento, y desde esta consciencia, desde esta aceptación, tomarlo como algo NORMAL, NATURAL. Elegir esta actitud no implica que busquemos sufrir, ni que no se sufra cuando sucede algo, sino que sufrimos conociendo que es parte natural de la vida. Esta actitud cognoscente nos hace RELATIVIZAR de una forma mucho más objetiva nuestro propio sufrimiento, con lo cual se consigue que el sufrimiento trascienda.

El final de este proceso no es hacer desaparecer el dolor, o evitarlo, sino simplemente estar por encima de él, sabiéndolo como parte de la vida.

En algún momento todos perdemos un ser querido, perdemos un empleo, o enfermamos, TODOS LOS SERES HUMANOS ESTAMOS EXPUESTOS AL SUFRIMIENTO Y LA FRUSTRACIÓN.

Está en nuestra mano dejarnos llevar por lo malo que nos ocurre en la vida y caer en la lamentación y victimismo, o aceptar ese dolor como parte natural de NUESTRA NATURALEZA HUMANA (simplemente por estar vivos, por existir). Podemos elegir reponernos ante la adversidad, para seguir construyendo a partir de dicha experiencia, avanzar y crecer. Existen miles de personas que evidencian mantener esta actitud cognoscente ante la vida. Por ejemplo, el caso de Irene Villa González, a los 12 años sufrió un grave atentado por ETA junto a su madre. Como resultado de la explosión perdió sus dos piernas, y pese a ello es una mujer feliz. Otro caso es el de Kyle Mcymard, nació sin brazos y sin piernas, sin embargo ha aprobado los desafíos de la vid). Otro caso mundialmente conocido es el de Stephen Hawking, enfermo de ELA, que se ha superado a sí mismo, dando lo mejor de él, por no hablar de muchos de los supervivientes del holocausto judío, y tantas otras personas que afrontan la vida tal y cómo es. Estos son ejemplos claros de cómo EL PODER DE LA RESILIENCIA CONDUCE A UNA FELICIDAD ESTABLE.

En resumen, si me pidieran una fórmula general de la felicidad, ésta sería mi propuesta:

AUTOACEPTACIÓN PERSONAL
+
ACEPTACIÓN DE FRUSTRACIONES
x
ACTITUD COGNOSCENTE
———————————————————–
= FELICIDAD ESTABLE

(Es decir satisfacción personal)