¿Estás harto de posponer?

¿Estás harto de posponer?

Hoy vamos a utilizar este espacio para abordar un concepto que es de lo más común en nuestra sociedad actual. Se trata de la procrastinación, que se define como la acción o el hábito de atrasar actividades que necesitamos atender, sustituyéndolas por actividades o estados más deseables o cómodos.

Pues bien, en esta sociedad tan ajetreada y exigente en la que vivimos, ansiamos tener momentos de tranquilidad, momentos de no hacer nada, o hacer cosas que de verdad nos apetezcan. En muchas ocasiones nos encontramos con que no es tan sencillo, ya que muchas veces nos vemos empujados por nuestra educación o cultura hacia el «tengo que».

¿Qué significa esto? Por suerte o por desgracia, vivimos rodeados de estímulos y situaciones que nos condicionan, y crean en nosotros un conjunto de creencias inconscientes, que están tan inmersas en nuestra forma de funcionar, que ni siquiera nos planteamos si forman parte de nuestra esencia, es decir, de lo que nos aporta y nutre emocionalmente, o si simplemente viven en nosotros de forma impuesta y automática, por lo que nos han enseñado.

Como estamos muy acostumbrados a que nos impongan lo que “tenemos que hacer” desde que somos niños, aprendemos a tener ese trato con nosotros mismos, de tal manera que cuando somos adultos, seguimos contándonos que: “tengo que ir a trabajar”, “tengo que ir a recoger a mis hijos del colegio”, “tengo que decir que sí a todo lo que me pidan”, “no puedo salir porque tengo que estudiar”, cuando en realidad se trata de elecciones, y no de obligaciones.
¿Cómo saber si realmente estoy haciendo lo que sale de mi esencia, y por consiguiente lo que quiero, o si se trata de auto-imposiciones?

Simplemente pregúntate qué quieres o cuál es tu objetivo:

  • ¿Quiero sacarme una carrera para tener un buen futuro? Sí, por lo que quiero y elijo estudiar para conseguir mi objetivo, a pesar de que en muchos momentos me de pereza.
  • ¿Quiero que mis hijos estén bien atendidos y tengan una buena educación? Sí, por lo tanto quiero llevarlos y recogerlos del colegio.
  • ¿Quiero tener recursos para poder tener una buena vida? Sí, por lo tanto, quiero ir a trabajar.
  • ¿Quiero complacer a todo el mundo? No, por lo tanto, puedo decir que no cuando algo no me apetezca.

 

La realidad es que somos libres, no estamos obligados a hacer nada, puedes elegir hacer ciertas cosas por amor, interés, por cumplir tus objetivos. Aunque también puedes elegir no hacer otras muchas cosas, ya sea porque no te apetece, porque no se corresponde con tu manera de sentir, o porque no te interesa.

Me gustaría que pensases en una situación o actividad que ya has pospuesto varias veces. Quédate unos minutos analizando si realmente es algo que quieres hacer. Piensa si es un objetivo que te has marcado tú, o si otras situaciones externas a ti, te han hecho pensar qué tienes que hacer eso. Intenta analizar si es tu objetivo o es el que te han marcado otros. Piensa en qué es lo que te hace posponer tantas veces esa actividad o situación.
En muchos momentos nos podemos sentir agobiados, estresados, o atrapados en una sociedad que nos exige tanto. Todos estos momentos o situaciones nos llevan a la procrastinación, a plantearnos qué tipo de vida estamos llevando, y si se corresponde con lo que tú quieres.

Desde Giráldez Psicólogos, te damos algunas de las claves para gestionar la procrastinación:

  1. Preguntarte si realmente quieres llevar a cabo eso que se te presenta. Si la respuesta es afirmativa,
    necesitarás afrontar la tarea como un “quiero” y no como un “tengo que”. Al no percibir esa tarea como algo impuesto, aumentará tu motivación y tu predisposición a dedicarle tiempo a ese objetivo.
  2. Otro de los puntos esenciales es aprender a decir que no cuando algo no te apetece o no se corresponde contigo. Comprometerte con tareas que no te apetecen por no quedar mal o complacer a los demás, solo te llevará a enfado contigo mismo, frustración y al malestar emocional.
  3. Marcarte metas que se correspondan con lo que tú quieres y no por lo que los demás (familia, amigos, sociedad…) esperan de ti.

Todas estas pautas pueden ser eficaces y servirnos de ayuda, lo cual no quiere decir que sean fáciles de llevar a cabo. Necesitarás ganas, motivación, esfuerzo, compromiso, constancia y tiempo.

La tendencia a la procrastinación está muy arraigada en nuestro cerebro; de hecho, podríamos decir que es natural del ser humano. Pero es una reto que merece la pena emprender.

“Ser fiel a ti mismo y hacer caso de lo que tu cuerpo te pide, ser fiel a tu Identidad Sana y respetarte a ti mismo, es lo que te llevará hacia el bienestar”